La Argentina es un Estado con un territorio definido y tiene habitantes que residen allí de manera permanente. La formación del Estado argentino fue un proceso largo que involucró cambios significativos en su territorio. Una nación comparte una historia y cultura en común y sus miembros pueden vivir en diferentes países. Por otro lado, un Estado es una organización política que ejerce soberanía sobre un territorio y debe ser reconocido por otros Estados para funcionar plenamente en la comunidad internacional. Los Estados pueden ser unipersonales, donde vive una sola nación, o plurinacionales, donde coexisten varias naciones.
La soberanía territorial es el poder exclusivo que un Estado ejerce sobre su territorio y permite establecer instituciones y leyes, emitir moneda y administrar recursos. Argentina tiene soberanía sobre su espacio terrestre, marítimo y aéreo, extendiéndose por dos continentes con una superficie de 3. 761. 274 km². El espacio aéreo argentino se extiende hasta los 100 km de altitud, aunque no hay un consenso internacional sobre este límite. Marítimamente, Argentina tiene derechos sobre un franja de 12 millas náuticas desde su costa y derechos económicos sobre su plataforma continental que se extiende hasta 350 millas.
La configuración del territorio argentino incluyó un proceso de delimitación de límites internacionales que duró más de un siglo y generó conflictos con países vecinos. Los límites pueden ser geográficos, geodésicos o geométricos, y han sido objeto de acuerdos y mediaciones internacionales. Las fronteras son áreas que se extienden a ambos lados de este límite y, a menudo, hay intercambios intensos entre las poblaciones de ambos lados.
Uno de los principales conflictos limite fue la "cuestión del Beagle", relacionada con la soberanía de diversas islas. Un tratado de 1881 determinó que ciertas islas pertenecieran a Chile, pero la disputa continuó durante años. En 1984 se resolvió el conflicto mediante la intervención del Papa, con Chile quedándose con las islas en disputa.
El actual territorio argentino ha sido habitado por pueblos originarios durante miles de años. La llegada de colonizadores europeos en el siglo XVI marcó el inicio de la organización territorial bajo sistemas de virreinato como el del Perú y, posteriormente, el Virreinato del Río de la Plata, que tuvo un centro comercial en Buenos Aires. Con la independencia, los territorios del virreinato se convirtieron en provincias y la región pampeana emergió como el centro económico del país.
Durante el proceso de independencia entre 1810 y 1816, diversas unidades se separaron del actual territorio argentino, llevando a la creación de las Provincias Unidas del Río de la Plata y, más tarde, la Confederación Argentina en 1835. 

La independencia llevó a cambios demográficos, donde muchos se mudaron a la región pampeana en busca de mejores oportunidades laborales, despojando a los indígenas y negros de su estatus.
La unificación del país se logró en 1862, con Buenos Aires establecida como la capital. La guerra de la Triple Alianza entre Argentina y Paraguay ayudó a definir los límites internacionales y recuperó territorios perdidos. La conquista militar de tierras indígenas permitió al gobierno argentino ampliar su dominio territorial, con la Conquista del Desierto en 1879 y la del Chaco en 1884, resultando en la concentración de tierras entre las élites y afectando gravemente a las comunidades indígenas.

Las nuevas áreas incorporadas al territorio argentino formaron territorios nacionales, que eran unidades administrativas del Estado federal. En 1884, se definieron los límites de nueve territorios: Chaco, Chubut, Formosa, La Pampa, Misiones, Neuquén, Río Negro, Santa Cruz y Tierra del Fuego. En 1900, se creó el territorio de los Andes, que luego se dividió entre Catamarca, Jujuy y Salta. Los líderes de estos territorios eran designados por el Gobierno nacional, y se convertían en provincias al alcanzar más de 60. 000 habitantes.
Durante la fase de sustitución de importaciones, aumentaron las desigualdades económicas y demográficas. Esto se debió a la desaceleración en la actividad agropecuaria y a la mecanización, lo que causó desempleo en el campo y una migración hacia las ciudades. Solo algunas áreas, como Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Mendoza y Tucumán, se favorecieron con el establecimiento de industrias. Así se formó un cinturón industrial que iba desde el norte de Rosario hasta el sur de La Plata.
El Estado desempeñó un papel clave en la industrialización del país, facilitando la creación y mejora de industrias. Implementó políticas como créditos a bajo interés y reducciones de impuestos, así como leyes laborales que incluían salarios mínimos. También promovió el transporte para conectar el interior del país con los mercados pampeanos. En la década de 1950, la mayoría de los territorios nacionales superaron los 60. 000 habitantes y se convirtieron en provincias, excepto Tierra del Fuego, que lo hizo en 1991.