El Profe  

LAS RESERVAS DE AGUAS CONTINENTALES.

Los recursos hídricos continentales son cuerpos y corrientes de agua que se hallan en los continentes, principalmente compuestos por agua dulce, aunque también pueden contener agua salada. En Argentina, esto incluye ríos, arroyos, lagos y glaciares. Las grandes acumulaciones de agua se conocen como reservas de agua, como glaciares y acuíferos. Diversos elementos influyen en su distribución, como la cantidad de lluvia, el tipo de suelo, la vegetación, la inclinación del terreno y las temperaturas.
En Argentina, la cantidad de agua que fluye anualmente en promedio es de 26,000 m³/s, pero su distribución es desproporcionada. El 85% del agua en superficie se encuentra en la Cuenca del Plata, mientras que las provincias con escasez hídrica cuentan con menos del 1% del total. A menudo, aunque el agua está presente, no es fácil de acceder, lo que requiere de tecnologías como plantas de tratamiento y bombas para su utilización. Tener acceso a agua dulce es crucial para la vida, la agricultura, la industria y la generación de energía, y es vital que esté disponible para satisfacer las demandas de la población.
Las cuencas hidrográficas son sistemas donde el agua de un río principal y sus afluentes drenan sobre una superficie específica. Se dividen según si sus aguas desembocan en el océano Atlántico o en el Pacífico. La mayoría de las cuencas argentinas drenan hacia el Atlántico, siendo la Cuenca del Plata la más grande, que incluye los ríos Paraná y Uruguay. También existen cuencas internas, como la del río Desaguadero, que no llegan al mar. Otros ríos son intermitentes, lo que dificulta su categorización. El caudal de un río indica la cantidad de agua que fluye a través de un punto en particular, y se expresa en metros cúbicos por segundo. El régimen de un río se refiere a las variaciones en su caudal a lo largo del año, afectado por las lluvias. En áreas con lluvias bien distribuidas, hay ríos que mantienen caudales constantes, mientras que en zonas áridas, los ríos suelen tener caudales bajos y fluctuantes.
En el norte y centro de Argentina, las cuencas se agrupan en exorreicas y endorreicas. Las exorreicas comprenden los ríos Paraná, Uruguay y de la Plata, que tienen numerosos afluentes y se caracterizan por sus suaves pendientes. El río Colorado, que drena ríos de montaña, es uno de los más destacados de este grupo. Las cuencas cerradas, como la del sistema Mar Chiquita en Córdoba, recogen aguas de varios ríos y no tienen salida al océano. La Cuenca del Plata es esencial para Argentina, donde reside el 70% de la población y se localizan ciudades importantes. Esta cuenca abarca varios países, y su agua ha sido fundamental para el avance industrial y urbano. Entre los ríos notables se encuentran el Paraná y el Uruguay, y el Río de la Plata actúa como su colector principal.
Las cuencas de la Patagonia presentan tres tipos diferentes. La mayoría de los ríos son exorreicos y tienen su origen en los Andes, siendo nutridos por el deshielo y las precipitaciones. En las áreas de mesetas, los ríos se tornan secos y carecen de afluentes; algunos de los ríos más destacados son el Negro, Chubut y Santa Cruz. El Río Negro cuenta con el caudal más grande y es fundamental para la economía local. También hay ríos y lagos que drenan hacia el océano Pacífico, así como cuencas arreicas, donde los ríos no crean un sistema claro de drenaje. En la cordillera, se pueden encontrar lagos glaciares y glaciares como el Perito Moreno, que forman parte de esta intrincada red de agua de Argentina.