Trabajo Práctico N°3
Segundo Año
TEMA: "El Medio Ambiente de América".

MES DE AGOSTO-SEPTIEMBRE
LA HIDROGRAFÍA DE AMERICA.
Leer el siguiente texto y luego resuelve la ACTIVIDAD N°5 en la carpeta:
LOS CUERPOS DE AGUA Y AGUAS SUBTERRÁNEAS.
Las aguas continentales pueden ser superficiales o subterráneas. Entre las primeras se encuentran los cursos de agua (ríos y arroyos), y también los lagos y hielos continentales, importantes cuerpos de agua dulce. Las subterráneas constituyen otro de los grandes reservorios de agua dulce del planeta.
LOS GRANDES LAGOS DE AMÉRICA:
Los lagos son cuerpos profundos de agua dulce con abundantes recursos ictícolas. En América del Sur se destacan dos grandes lagos: el Maracaibo y el Titicaca. Ubicado en el noroeste de Venezuela, el lago Maracaibo es el más grande de Sudamérica y tiene una profundidad media de 45 metros. Este lago recibe numerosos ríos como afluentes y se conecta a través de un estrecho a las aguas saladas del mar Caribe. En la actualidad se encuentra severamente contaminado, debido a la explotación de sus yacimientos petrolíferos, la actividad industrial y la alta urbanización de la zona. El lago Titicaca, por su parte, es el lago navegable más alto del mundo: se ubica en los Andes centrales, entre Bolivia y el Perú, a 3.812 ms. n. m. Actividades económicas como el turismo y los residuos de las ciudades costeras también han contaminado este lago. En América Central, muchos de los lagos son cráteres de volcanes (activos o pasivos). El lago de mayor superficie de la región es el Gran Lago de Nicaragua o lago Cocibolca. En su interior posee más de 400 Isletas, tres islas y dos volcanes. A pesar de los problemas de contaminación, este lago es muy aprovechado para la actividad pesquera.
En América del Norte, en la frontera entre Canadá y los Estados Unidos, se encuentran los Grandes Lagos, uno de los reservorios de agua dulce más grandes del mundo. Los lagos que integran esta región se formaron por el retroceso de los hielos continentales al finalizar la última glaciación. Como otros lagos importantes del continente, presentan problemas de contaminación.
Los Hielos Continentales.
América cuenta con importantes reservas de agua en sus hielos continentales. Están presentes en los campos de hielo, que son extensas masas de hielo terrestre que cubren una región montañosa. En América Latina, existen campos de hielo en la Patagonia andina. Estos campos se encuentran divididos en dos sectores, separados por un tipo de valle llamado fiordo: el sector norte ocupa unos 120 km de longitud, y la parte sur tiene una extensión de 350 km. Ambos llegan al océano Pacífico. Los hielos continentales se encuentran también en otro tipo formaciones: los glaciares. Estos hielos se forman en la parte alta de las montañas, y descienden por la ladera en forma de lengua. En América se destacan los glaciares de Groenlandia, isla cuya superficie se encuentra cubierta casi en su totalidad por una gran capa de hielo, y el glaciar Pío XI, en Chile, el más largo del hemisferio sur fuera de la Antártida, con una extensión longitudinal de 64 km.
Las Aguas Subterráneas.
Existen reservas de agua dulce ubicadas debajo de la superficie terrestre. El agua de las precipitaciones y de los cursos y cuerpos superficiales se infiltra en el suelo a través de grietas y poros y se convierte, así, en aguas subterráneas. Las aguas subterráneas tienen una dinámica lenta: en su movimiento recorren unos pocos centímetros al día. En general, la vertiente de estas aguas es la misma que la de la cuenca superficial, y pueden desembocar en ríos, lagos u océanos, o aflorar en la superficie en forma de manantiales. Cuando quedan confinadas, atrapadas entre las rocas, se forman yacimientos de agua o acuíferos. Estas reservas de agua son muy utilizadas por la sociedad como fuente de agua potable. Para acceder a ellas, es necesario realizar perforaciones de las napas.
Los Humedales.
Los humedales son uno de los reservorios de agua de mayor importancia estratégica. En ellos se desarrollan y conservan áreas de gran biodiversidad, y también distintas prácticas económicas y culturales tradicionales. En América, muchos humedales están protegidos: son los sitios Ramsar. Las características de los humedales: Los humedales son áreas geográficas donde el suelo (generalmente plano) se inunda (permanente o intermitentemente) y se satura. Este proceso genera un ecosistema híbrido, con características de ecosistemas acuáticos y terrestres.
Tipos de Humedales.
Existen diferentes tipos de humedales continentales: pantanos, lagunas, lagos, esteros, turberas, ciénagas, marismas y oasis. También hay humedales marítimos u oceánicos: manglares, deltas, golfos, estrechos, bahías, arrecifes de coral y costas marinas con una profundidad menor a seis metros en marea baja. Entre los grandes humedales de América se destacan el lago Titicaca, el Gran Pantanal, los esteros del Iberá y el golfo de la Reina Maud. Los humedales brindan distintas ventajas ambientales: Son reservorios de aguas superficiales y fuentes de recarga de las aguas subterráneas. Son el hábitat de especies vegetales y animales —en especial, aves y peces—, que utilizan estas zonas para su reproducción. Amortiguan las inundaciones y actúan, a su vez, como reguladores del clima, al contribuir al ciclo del agua. 8 Por sus recursos naturales, son esenciales para la supervivencia de las comunidades que viven cerca de ellos.
Los Sitios Ramsar.
En 1971, distintos países firmaron, en la República de Irán, el Convenio Ramsar. Con este convenio, se fijaron objetivos y pautas para el manejo racional de los humedales, mediante la colaboración internacional. Así, con el objetivo de preservar la flora y la fauna y prácticas culturales tradicionales de las poblaciones que habitan en sus cercanías, muchos humedales fueron declarados sitios Ramsar o humedales de importancia internacional. El país del mundo con mayor superficie protegida es Bolivia, con 140.000 km
El Agua y la Sociedad.
La mala utilización del agua por parte de la sociedad puede tener impactos ambientales severos: desde inundaciones hasta la pérdida de biodiversidad. Conocer los efectos presentes o futuros de acciones como la construcción de represas, vías de navegación y canales de riego permite planificar usos sustentables de este recurso.
Las Represas.
Para aprovechar los recursos hídricos, la sociedad realiza diversas obras de infraestructura. Una de ellas son las represas, diseñadas para contener el agua de un río. Cuando el caudal de las aguas sube, estas pasan a través de turbinas, generando, así, energía hidroeléctrica. El agua contenida en las represas forma un embalse o dique, que también se utiliza con fines recreativos. En América existen numerosas represas. La cuenca del Plata, por ejemplo, alberga las represas de Itaipú (compartida por el Brasil y el Paraguay), Yaciretá Apipé (compartida por la Argentina y el Paraguay) y Salto Grande (compartida por la Argentina y Uruguay). En las regiones áridas, las represas son fundamentales, porque permiten contener en diques las escasas aguas, para luego destinarlas a las actividades productivas y al consumo humano. La ventaja principal de la construcción de represas es que permite producir gran cantidad de energía eléctrica a partir de un recurso renovable (el agua de los ríos) y de una forma limpia, porque no utiliza combustibles fósiles contaminantes. Esta energía es útil para el uso tanto doméstico como industrial.
El Impacto Ambiental de las Represas.
A pesar sus ventajas, construir una represa también tiene un costo ambiental. Para formar los embalses, se generan inundaciones que provocan cambios irreversibles en el suelo, la fauna, la flora y la población que habita la zona. Esta es la razón principal por la que muchos poblados rechazan la construcción de represas en sus cercanías. Otro problema ocasionado por las represas es la modificación del ciclo reproductivo de los peces. Al interrumpir el curso de agua, estas construcciones dificultan las migraciones de los peces para poner sus huevos río arriba. Este cambio altera todo el ecosistema.
Las Hidrovias.
Los ríos con cauces anchos y profundos y aguas que corren lentas se utilizan para la navegación. Para mejorar las condiciones de navegabilidad, se realizan obras de infraestructura, como el dragado del cauce o la rectificación de algunos tramos. El resultado de estas acciones son las hidrovías, sistemas navegables que incluyen distintos cursos y cuerpos de agua.
A pesar sus ventajas, construir una represa también tiene un costo ambiental. Para formar los embalses, se generan inundaciones que provocan cambios irreversibles en el suelo, la fauna, la flora y la población que habita la zona. Esta es la razón principal por la que muchos poblados rechazan la construcción de represas en sus cercanías. Otro problema ocasionado por las represas es la modificación del ciclo reproductivo de los peces. Al interrumpir el curso de agua, estas construcciones dificultan las migraciones de los peces para poner sus huevos río arriba. Este cambio altera todo el ecosistema.
El Continente Americano presenta numerosas hidrovías: En América del Sur se destacan las hidrovias amazónica y Paraná-Paraguay. Sus ríos principales son vías de transporte. Conectan distintos puertos fluviales ubicados en el interior del continente (como el puerto de Barranquera, en la provincia del Chaco) con puertos marítimos (como el de Nueva Palmira, en Uruguay). En América del Norte, la hidrovía Misisipi-Misuri, que conecta los Grandes Lagos con el golfo de México, presenta uno de los mayores tráficos fluviales del planeta. e En América Central, el canal de Panamá es una hidrovía interoceánica. Tiene una extensión de 80 km y fue construida con un sistema de esclusas que regula el nivel del agua y permite el tráfico de grandes buques.
Los Oasis de Riego
A medida que las poblaciones fueron aumentando y sus necesidades se fueron haciendo más diversas, también se diversificaron y complejizaron las obras de infraestructura diseñadas por la sociedad para controlar el suministro de agua para sus diferentes actividades. Uno de los desarrollos técnicos más significativos fue la posibilidad de aprovechar el agua en las regiones áridas. Gracias al trazado de canales y otras obras de infraestructura que permiten el almacenamiento y la distribución del agua disponible, lograron construir oasis artificiales. Con este avance, comenzaron a poblarse muchos espacios desérticos de América, como las grandes llanuras del centro-oeste de los Estados Unidos y amplios sectores áridos de Latinoamérica.
Los Oasis en Latinoamérica. En Latinoamérica, los oasis se concentran en ambas vertientes de los cordones montañosos. Algunos de ellos son naturales, como el oasis de Ica, en el Perú, mientras que otros son construidos: es el caso, por ejemplo, de los oasis de Cuyo, en la Argentina, de los de la región de Pica, en Chile, o del oasis Parras de la Fuente, en Coahuila, México. En todos ellos, las actividades más importantes son la frutihorticultura, la generación de energía eléctrica y el turismo. Estas actividades requieren de embalses o diques que contengan el agua y permitan la administración de su caudal. En el caso de los ríos chilenos y argentinos de la cordillera de los Andes, que aumentan su caudal en verano a causa del deshielo, el agua contenida en los diques se distribuye luego en los meses “secos” (otoño e invierno), con un sistema de canales y acequias.
Los Oasis y Problemas Ambientales.
En la actualidad, la sustentabilidad hídrica de los oasis americanos se ve afectada por distintos problemas socio ambientales. El más importante es el cambio climático, que ha generado alteraciones en los caudales de agua, como consecuencia de los cambios en los niveles de las precipitaciones y el aumento del deshielo, entre otros fenómenos. Otro problema que afecta a los oasis es el crecimiento de la minería y la extracción petrolera. En sus procesos productivos, estas actividades consumen elevados niveles de agua de los oasis. De esta manera, pueden comprometer la disponibilidad del recurso para otras actividades económicas, como la agricultura, o incluso para el consumo humano, Finalmente, el aumento de la población y el crecimiento de las ciudades también contribuyen al deterioro de la cantidad y calidad de agua en los oasis. Esto se debe principalmente a la falta de infraestructura para tratar residuos cloacales e industriales.
